Aleluya Feisbuuk
septiembre 05, 2008
septiembre 05, 2008
Por Claudia Machuca y David Núñez

En el año 2004 un estudiante de Harvard, Marck Zuckerberg, creó Facebook, una potente herramienta social que integra distintas fases audiovisuales de intercambio: fotografía, video, chat, mensajes, audio, redes, todo en un programa donde la información es intercambiada con diversos niveles de privacidad entre más de 90 millones de usuarios activos en el mundo.
El libro de caras es tema hoy en día en Santiago, en las oficinas, en las calles, en los bares, cafés… en todos partes se escucha hablar de Facebook, incluso entre quienes aún se resisten, y que de igual manera asisten a los encuentros que surgen en esta plataforma.
Es tal la interconectividad del sistema, que te permite encontrar a personas que has dejado de ver por más de 20 años, compañeros de básica, media y universidad, así como a aquel primer amor platónico, de quién averiguas con quién se casó finalmente, cuántos hijos tiene, las últimas vacaciones que tuvo y a qué grupo ecológico pertenece.
Tal es el nivel de exposición que te enteras de casi toda una vida, en breves imágenes y fragmentos de tiempo condensados en kilobytes.
Lo que más llama la atención, sin embargo, es cómo la ideología de facebook se propaga entre nosotros sin darnos cuenta. Lo que parece un juego, un sitio más, una nueva forma de integración por Internet, se transforma increíblemente en una obligación, una responsabilidad, un adicción.
De este modo la ideología de la conectividad total, de la vida virtual paralela, de compartirlo todo y para todos, incluyendo recuerdos fotográficos de toda la vida y fanatismos ocultos que nadie sabía, termina por convertirse en un estilo de vida, en una ética al servicio de la virtualidad, que ya no sólo rige lo que debe hacerse, sino también cómo debe hacerse.
El detalle supremo que corona la sumisión a Facebook se presenta cuando comenzamos a predicar la nueva religión a los que aún no se adhieren: cómo es posible que aún no tengas facebook! qué estás esperando! ya es hora! pero si mandé la invitación al cumple por facebook!, no te llegó?!
Únete a Facebook y alcanza la salvación con nosotros, hermano.
¿Por qué funciona finalmente Facebook?
Funciona porque al igual que la religión, emociona, en distintas medidas sin duda, pero emociona básicamente por la novedad, por encontrar a esa persona que dejaste de ver, por los mensajes y las invitaciones que recibes y envías, por ser parte de algo que te atrae, porque todos están en eso, y porque en definitiva la promesa se cumple y se sustenta con nosotros mismos.
Antes fue la web, después el chat, el messenger, netscape, el blog, torrent, el fotolog, youtube, myspace… es inevitable, intenet nos seguirá emocionando y evangelizando.
Bienaventurados los que estén conectados…

Claudia Machuca L. / David Núñez N.
Etiquetas: Claudia, David, facebook, ideología, internet, Machuca, Marc, Núñez, redes, Retórica, virtual, Zuckenberg
posteado por Deivick a las 15:07
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